Y vuelan. Vaya que si vuelan.
Hace un par de semanas volvimos a registrarnos en una red social de contactos liberales. Decidimos volver a entrar con mucha cautela aunque la última vez no llegó a cumplir en absoluto nuestras expectativas, pero eso sí: no buscábamos tanto volver a contactar con gente del pasado como buscar otros perfiles que todavía no conocemos. Lo malo de estas redes sociales es que en cuanto subes la mínima foto meridianamente reconocible, comienzan a lloverte visitas de las que preferirías que no supieran más de ti.
Y luego viene todo lo demás: recibes whatsapps de repente de gente de la que no sabías absolutamente nada desde hace tres años, y te das cuenta de que la noticia de tu vuelta ha corrido como la pólvora. No es de extrañar tampoco que una verdad vuele tan rápido, ya que hace poco más o menos un año se extendió el falso rumor de que H y yo habíamos cortado.
En fin, que esto ha sido un welcome back al más puro estilo swinger. Me parto.