A raíz de uno de los últimos artículos publicados en los que explicaba un poco por encima el tipo de relación que llevamos R., H. y yo y el sentimiento de culpabilidad con el que lidié sobre todo al principio, se generó un pequeño debate sobre las relaciones poliamorosas al que, lamentablemente, llegué tarde porque la polémica ya estaba mucho más que servida. Tranquilos, soy muy de llegar tarde a las cosas importantes, pero me las apaño para hacerme oír.
Ayer dejé una publicación en Facebook que explicaba un poco el asunto. Rezaba así el texto:
No entiendo cuando los ignorantes intentan disfrazar el poliamor como ‘excusa para tener sexo con más de unx’, pero tampoco termino de comprender a los supuestos eruditos que lo venden como un panfleto, incluyendo miles de conceptos que nada tienen que ver con lo que el poliamor es en esencia: amor sin complejos. Y ya está.
Y es que esto es así. Los comentarios y el debate que se generaron en diversas redes me hizo reflexionar sobre cuán poco se sostiene la visión del poliamor que nos han vendido. Es que os puedo decir que no me sentía ni de lejos identificada por lo que leía. Yo no me metí en esta historia porque quisiera luchar contra el ‘heteropatriarcado’ (no sabéis la tirria que me produce teclear u oír esa palabra) ni porque quisiera reivindicar la importancia de derrocar otros modelos de relación. Coño, que me enamoré y punto. Que no tuve oportunidad de leer ni de informarme como muchos de vosotros, hoy por hoy. Que no sabía qué leches era todo eso. Que en nuestro país apenas se hablaba por aquel entonces del amor libre (todavía estábamos a punto de experimentar el boom de 50 sombras de Grey y todo lo que vino después). Y que, le pese a quien le pese, cuando Ética Promiscua cayó en mis manos tampoco es que me llegara al alma, precisamente.
Siempre he sido una firme creyente de que los manuales, manuales son. Los hay buenos, los hay reguleros y tenemos los que no hay por dónde cogerlos. Por supuesto que son fantásticos como lectura, pero desde luego, no hay manual que supla la experiencia propia, y esto todxs lo sabemos. Sin embargo, muchas veces, cuando leo a gente que habla sobre el tema, a veces me pasa que me suena todo tan a manual que hasta es artificial. Y lo que es peor: hay quien se siente preparado para afrontar una relación poly basándose en la lectura de manual(es) que, como es el caso de Ética Promiscua, están bien y mal al mismo tiempo porque abarcan muchos subtemas, pero a su vez, como reza el dicho, “quien mucho abarca, poco aprieta” y evidentemente si buscamos algo más específico, algunos temas se nos pueden quedar muy en el aire. Además, cuando cocinas por primera vez un bizcocho, por mucho que te hayas leído y memorizado todas las recetas del mundo, puede salir mal porque no controlas los agentes externos, como puede ser el funcionamiento de las resistencias de un horno, o que el molde no tiene las dimensiones deseadas. Incluso me atrevería a decir que en algunas ocasiones específicas no se controlan ni siquiera los que dependen de unx mismx. En la mayoría de las ocasiones, la primera vez te saldrá mal por tu inexperiencia, pero poco a poco aprendes cómo funciona el horno para que no se te vuelva a quemar. La teoría es muchas veces agradable y motivadora, pero nunca jamás supera a la propia experiencia. Y supongo que me daríais la razón si en vez de poliamor, le quitamos el ‘poli’ y nos quedamos solo con ‘amor’. Nadie tiene la receta. Nadie sabe a ciencia cierta cómo se siente hasta que lo siente, lo bueno y lo malo. Parafraseando a la gran Nina Simone, ¿cómo narices vas a explicarle a alguien lo que es el amor si no lo ha sentido nunca? Y tener claro lo que es, desde luego, tampoco te exime de cagarla alguna vez y/o herir a alguien que quieres aunque no sea intencionadamente.
Otro tema que me escama profundamente en los debates es el típico ‘a mi no me ha funcionado, así que no creo que funcione para nadie’ Bueno. Es normal que a veces las relaciones, sean poly o no, se acaben. Mucha gente se ha sumado al carro por probar algo nuevo sin tener en cuenta que entran en juego sentimientos muy poderosos. Eso sin mencionar quienes han obviado ese componente casual que tiene enamorarse. ‘Vamos a buscar una tía de la que los dos nos enamoremos’. ‘Vamos a probar a ser novixs, a ver qué se siente al ser poliamorosx’. Venga. Pero bueno, no nos pongamos drásticos. Puede pasar simplemente que las personas involucradas no consiguen sentirse felices y decidan tomar caminos separados, decisión nada fácil y respetable como cualquier otra. ¿Es un fracaso? Bajo mi punto de vista no. Fracaso es continuar con una historia que no te aporta nada. Todas las relaciones son susceptibles de romperse. Incluso la mía. ¿Y por el hecho de que se rompa he de decir que no ha funcionado? Bueno, yo no diría eso. Evaluaría lo feliz que he sido y lo que me ha aportado y enriquecido, y en mi caso la balanza positiva supera en creces a la negativa. Aunque esto se fuera a la mierda mañana, a mi me ha funcionado, definitivamente. Y a mucha otra gente le funciona, también.
Creo que es algo que, por más que lo escriba y lo describa, nunca terminaré de explicarlo por completo. Siempre me dejaré detalles o argumentos. Lo importante, creo yo, es dejar de utilizar el poliamor/amor libre como un panfleto activista para expresar otras problemáticas distintas que requieren una atención distinta, y por supuesto, empaparse de todo manual que a unx le apetezca, pero a sabiendas de que es solamente una expresión y no una experiencia. Y, por dios, atrás con la maldita polémica activista, porque en la propia sencillez del amor radica la imposibilidad de definirlo.
Me ha encantado como lo describes. No creo ser de los que profesan el poliamor, sin embargo me parece una opción más dentro del terreno amoroso, como bien has descrito, con responsabilidad. Es de las cosas más sensatas que he leido desde hace mucho
Muchas gracias, Antonio. Es, como dices, tan sencillo como eso: es una forma más de llevar nuestras relaciones. Un abrazo grande.
Lo difícil no es definir el poliamor, sino ya el amor. Cada vez que te enamoras es diferente, sientes que eso es amor hasta que conoces a otra persona y empiezas a sentir que lo que sentías por la primera no era verdadero amor, porque es distinto o más incompleto de lo que sientes ahora… ¿No amabas la primera vez? ¿Amabas menos? ¿Más? Amabas, como sabias, y como podías, y como tu inexperiencia te decía que se debía amar. Creo que nadie, por más experiencias que haya tenido, podrá definir de manera categórica lo que es amar, como mucho podrá dar su versión… Amara es dar… Amar es recibir (que te den se puede interpretar de muchas maneras diferentes) si ya es difícil saber lo que es el amor, más difícil es entender que se puede amar a más de una persona a la vez y a cada una de una forma distinta.¿ Poliamor es como lo que siente una madre por sus hijos, los quiere a todos, mucho, pero a cada uno de una manera distinta, ni mejor ni peor, ni más ni menos, distinto? Tal vez.