Creo que a veces no te das cuenta cuando hablas.
No te das cuenta de que, aunque para ti sea algo novedoso, exótico, moderno, e incluso a veces algo rompedor, no es un juguete, ni una moda.
No te das cuenta de que, aunque para ti implique contar con unos beneficios extra, el enfoque que estás plasmando no es el correcto.
No te das cuenta de que, pese a ser abierto/a de mente y haber leído páginas y páginas sobre el poliamor, no tienes ni idea y cuando hablas, creas confusión.
No te das cuenta de que, pese a que estoy en una relación poly (pese a que cientos de personas lo estamos), no tenemos absolutamente nada en contra de las relaciones ‘monógamas’.
No te das cuenta de que, pese a que tus intenciones no tengan maldad alguna, ‘probar con el poliamor’ no es como ‘probar a apuntarme al gimnasio’ porque pone sobre la mesa sentimientos de personas.
No te das cuenta de que, pese a que lo has hablado abiertamente con tu pareja, no es moralmente ético invitar a que una tercera persona entre en tu relación para ocupar un segundo lugar.
No te das cuenta de que, pese a que lo llevo con humor, para mi esto no es un juego.
Hay cosas que no se piensan, se sienten y se viven, y con los sentimientos no hay pruebas que valgan, se tienen o no se tienen, no es ni mejor ni peor es lo que es.
Cada uno es como es y siente como siente y, con casi total probabilidad, ese «probar con el poli» no esconda sino la torciera idea de tener excusa para poder tirarte a gente fuera de tu pareja
No me gusta pensar por los demás, no puedo sentir ni por los demás ni como los demás, respeta las opciones de los demás en la misma medida que exiges (y mereces) respeto por la tuya
Y sobre todo no juzgues, y mucho menos sin saber