Ser poly, ¿un cuento de hadas?

poliamor marco

Pues va a ser que no, como muchos os habréis imaginado. Pero seamos  honestos: ser «monógamo» tampoco lo es.

Os voy a contar una pequeña historia: María acaba de empezar una relación con Hugo. Por cuestiones de alquiler de la que había sido su vivienda, María se ve sin casa de la noche a la mañana. Hugo le ofrece a María la posibilidad de vivir juntos. Hasta ahí todo normal, ¿no? El único elemento agregado a mi historia personal es que Hugo estaba casado.

¿Boom?

Ese no fue el final de la historia, al contrario de lo que mucha gente pueda pensar. Evidentemente, a Hugo, a la mujer de Hugo y a María era la primera vez que les pasaba esto. No conocían otros casos, no sabían cómo gestionar muchas de sus emociones. Fueron construyendo algo sobre la marcha y desde la sombra, procurando preservar su intimidad ante la curiosidad de otros.

¿Habéis oído acerca de la comida deconstruída? Es algo así como utilizar los materiales tradicionales y reinventarlos, salvando mi desconocimiento culinario. En nuestro caso pasó algo parecido: tomamos el amor en su esencia más pura y tratamos de derribar imposiciones sociales tradicionales para construir algo realmente nuestro.

No es nada fácil desaprender lo que te han enseñado y obligado a interiorizar durante toda tu vida. Para él era absolutamente normal querernos a las dos por igual, pero quizá para nosotras el concepto tardó en estar meridianamente asumido, sobre todo para mí. Súmale a ello que tenía tan poca información (creo recordar que hasta varios meses después de comenzar esta historia no supe que existía un concepto como tal que representara, o intentara representar, lo que yo estaba viviendo) que muchas veces me bloqueaba intentando encontrar una solución en mi cabeza. Fueron meses muy bonitos con mi pareja, sí, pero poco a poco comenzaron a surgir pequeños inconvenientes, como por ejemplo, cuando comencé a cuestionarme la forma de tratar algo tan delicado con mi familia. También surgieron otras cuestiones legales que ya contaré en otra ocasión, pero lo que más daño me ha hecho a mí misma es el hecho de ver mi relación como jerárquicamente inferior a la que H. tiene con su otra pareja. Esto ha ocurrido solamente por el reflejo de lo que la sociedad me ha enseñado sobre las relaciones de pareja y se ha instalado en mí creando miedos e inseguridades de todos los colores, formas y sabores (si los tuvieran).

Es cierto que vivimos nuestra historia personal como cualquier otra relación monógama: discutimos cuando los platos no están fregados, nos los tiramos a la cabeza cuando procede y tenemos sexo con la misma frecuencia que una pareja monógama trabajadora. Igualmente ha habido ocasiones en las que la rutina nos ha comido y hemos acabado a hostias o a besos… Como casi todas las parejas, creo yo.

Ser poly no es un cuento de hadas, no, pero es toda una historia que espera ser contada.

¿No creéis?

3 thoughts on “Ser poly, ¿un cuento de hadas?

  1. Mi Alter Ego says:

    Todas las relaciones son complicadas, y estamos tan acostumbrados a que lo correcto sea lo socialmente impuesto, que todo lo que se salga mínimamente de ahí, lo vemos si no mal, si fuera de lo normal. Personalmente admiro a la gente que se atreve a vivir la vida como la siente, sea como sea, siempre desde el respeto y el consenso. Porque de qué nos sirve juzgar o criticar la vida de los demás si la mayoría de las veces ni siquiera somos capaces de gestionar la nuestra?
    Los miedos existen, como comentaba antes, en cualquier relación, y poco tienen que ver con el tipo que sea esta, si no con nosotros mismos, nuestros miedos y nuestras inseguridades. Y la valentía reside en tomar esos riesgos y no dejarse dominar por los miedos, así que para mi, en ese sentido, admiro vuestra valentía y reconozco que respiro cierta envidia por ser capaces de vivir la vida como la sentís.
    Enhorabuena por el blog, y en especial por este post.
    Un Beso

    1. Zittissima says:

      Bueno, los miedos siguen ahí. No hemos dejado de ser personas inseguras ni tampoco somos héroes de nada. Poco a poco, me imagino, seremos personas más fuertes que ayer. En cuanto a los juicios, tienes muchísima razón: nadie, ni yo misma, está en derecho de criticar o hacer juicios de valor. A veces se me olvida.
      Gracias por dejarme tu comentario. Este blog no sería lo mismo sin ellos.

  2. erin greene says:

    Me ha encantado tu blog. La verdad es que tocas el tema con una naturalidad y sin ninguna afectación. Yo, a punto de publicar mi libro que versa sobre una relación entre tres personas, estoy realmente emocionada de ver que estas situaciones se dan y no porque sean una moda, sino porque hay amor, del de verdad, no el de los libros eróticos de los que yo he intentado huir aunque el tema de sexo sea en cierto modo primordial en el reconocimiento de la identidad de género que asumen mis protagonistas. Me vas a tener por aquí tan a menudo como publiques entradas porque me ha encantado tu sinceridad y las experiencias que cuentas. Te invito a que pases por mi blog y por favor leas algunas de las ideas que he usado o artículos en los que me he documentado. Estaría encantada de conocer tu opinión. Un saludo.

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