En relación con el post anterior, en el que escribí acerca de los mitos del amor romántico y los efectos que ha producido al manifestarse ciertos malentendidos sobre los diferentes tipos de relaciones, he decidido hacer un inciso sobre un aspecto en particular que llama mucho mi atención: la fidelidad y la exclusividad y cómo se observan, en muchas ocasiones, desde el prisma de los mitos del amor romántico.
Vale, tomemos un poco de aire antes de comenzar.
Tengo la sensación de que, a menudo, estos dos conceptos se confunden, puesto que se mencionan como si fueran sinónimos. Para mí, la línea divisoria entre ambos es bastante clara: en resumidas cuentas, la fidelidad es algo que no solo abarca el término sexual o la decisión de una apertura romántica de la pareja. Seguro que ya sabéis por dónde voy, aunque lo explicaré con detalle más abajo. Por otro lado, la exclusividad sexual o romántica es una elección que deben tomar los miembros de una relación de manera consensuada.
La fidelidad, como es definida en muchos contextos, se suele relacionar más con la actividad sexual o romántica, ya sea consentida o no, fuera del espectro de la pareja tradicional, empleándose como un sinónimo total de la exclusividad. Sin embargo, en mi opinión, tiene mucho más que ver con la sinceridad, la claridad, la honestidad o el respeto que se deben el uno para con el otro en cualquier relación, sea del tipo que sea. Es decir, se puede ser fiel a la pareja sin necesidad de tener una relación de exclusividad, siempre y cuando esta exclusividad sea algo consensuado y dialogado. Los que me conocéis un poco más, sabéis que, en el plano sexual, tanto H. como yo, somos liberales (él nos define como ‘pareja abierta’ porque la mayoría de las cosas que buscamos fuera de la pareja, las hacemos cada uno por nuestra propia cuenta, no como en un intercambio de parejas, que es distinto), pero no nos denominamos ‘infieles’ o ‘cornudos’ (¡qué mal me suena esto!) porque lo que hacemos fuera de nuestra relación está consensuado por ambas partes.
La exclusividad, sin embargo, es algo que se debe consensuar dentro de la propia pareja. Pienso, no obstante, que lo importante en cuanto a lo que dicen los mitos del amor romántico es no ya que se presuponga dentro de la pareja el sentido de no exclusividad como base firme sobre la que construir la relación, sino más bien el entendimiento de que la exclusividad puede ser la elección de unos, pero no la de otros. Además, como ya he comentado en otras ocasiones, en el contexto de tipologías relacionales esta exclusividad se puede desdoblar en (que yo conozca) dos grandes tipos: la exclusividad sexual y la exclusividad romántica. Poco tiene que ver la una con la otra, y sin embargo, también existe confusión acerca de los significados de cada una de ellas. Para los que nunca antes me habíais leído, el compromiso que se adquiere en una relación es la clave que lo distingue de relaciones de tipo sexual a relaciones donde hay un vínculo romántico que se sostiene en base a un compromiso adquirido por todos los integrantes, ya sean dos, o como es nuestro caso, más de dos.
Antes de concluir, me gustaría dar las gracias a todos los que aportaron su granito de arena a través de Twitter participando con sus ideas sobre este tema en la encuesta abierta desde @ElOtroCuentoDeZ. Sin vosotros y vuestras ideas, probablemente, no hubiera llegado a escribir este pequeño artículo. De nuevo, muchas gracias.
Hola, me ha gustado mucho tu perspectiva, yo escribí algo similar, quería ponerme en contacto contigo para ver si no tienes problema si hago referencia a tus artículos desde mi blog. Sin problema te puedo compartir mi blog.
Hola Isaid, puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi correo personal emberdrk@gmail.com