Estoy pesadita con el tema, ¿verdad que sí?

Muchas personas definen las relaciones poliamorosas como relaciones sexoafectivas, pero la verdad es que hay que tener un cierto cuidado a la hora de llamar las cosas. Como comenté en el post anterior, se sexualiza el concepto de poliamor aunque el epicentro del mismo es la relación amorosa y no sexual. Hay muchas relaciones, tanto poly como monógamas, que carecen del vínculo sexual, manteniéndose célibes durante mucho tiempo. Y no, no es algo malo ni imposible si es consensuado.

He mantenido y mantengo todavía a día de hoy relaciones sexoafectivas que nada tienen que ver con mi relación poly. Encuentro más relación entre la sexoafectividad y mis relaciones swinger (liberales) que con el poliamor. En este caso estamos hablando de una relación en la que hay sexo y un vínculo afectivo, como puede ser un amigo. Sin embargo, este tipo de relaciones, tanto para mí como para mucha otra gente, carece del vínculo de compromiso que tiene una pareja por diversos factores. En nuestra cultura prima esta idea de la sexoafectividad, pero he comprobado que el concepto americano (estadounidense) está entrando con fuerza pero a veces deshilvanado, es decir, que se toma únicamente una parte y se ignora todo lo demás.

El concepto de amor romántico de otras culturas, como el caso anteriormente mencionado, es un poco diferente. Existen, dentro de la cultura americana, diferentes formas de percibir el compromiso, con su escala de grises. En nuestra cultura este concepto es ligeramente más estático, y choca cuando tratamos de comprender, asimilar y mimetizar el modelo americano de sexoafectividad con nuestra cultura del compromiso. A veces se nos queda cojo el tema.

Tengo muchas ganas de conocer a más gente y compartir ideas sobre estos temas tan personales como el concepto de compromiso, pues no para todo el mundo es igual. Veremos si este fin de semana damos con algo productivo.