Valérie y el poliamor

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La semana pasada llegó a mis manos, o mejor dicho a mi ordenador, un fragmento del programa A punto con la 2 en el que Cristina Callao y sobre todo Valérie Tasso hablaban sobre el poliamor y que podéis ver pinchando en este enlace.

No había oído hablar de Cristina Callao a pesar de que parece ser bastante famosa en su entorno, pero sí de Valérie Tasso. Su obra Diario de una ninfómana se publicó cuando yo estaba comenzando la universidad y, con la consiguiente libertad que me otorgaba vivir fuera del nido familiar, explorando mi sexualidad. Su lucha contra los prejuicios y estereotipos en materia sexual me fascinaban. Quizá por eso este debate me desencantó tanto y me dejó un regusto ciertamente amargo.

Ya he repetido miles de millones de veces que el poliamor no es, ni debe ser entendido, como una lucha contra la monogamia. No es el mejor ejemplo del mundo, pero es como si alguien del colectivo gay defendiera que la heterosexualidad es mala. No tiene ningún sentido, ya que ambas, tanto las relaciones monógamas como las poliamorosas son opciones igualmente válidas. Me cabrea enormemente que se confundan los mitos del amor romántico con un ataque directo a un modelo de relación con el que muchísima gente se siente cómoda (a pesar de que H tiene otra relación más, la mía es totalmente monógama en su base). Ninguno de los dos elegimos enamorarnos: fue algo totalmente casual. Lo que sí decidimos fue seguir adelante con esta historia una vez la hubimos consensuado los tres. Pero el hecho de que hayamos formado parte de esta historia no quiere decir que nos adscribamos a este modelo relacional de por vida, es decir, de primeras no tenemos claro que si esta relación se viniera abajo, estuviéramos 100% dispuestos a mantener una relación poliamorosa.

Por otra parte, el concepto de poligamia no está correctamente explicado, como habréis podido observar: la poligamia no se trata de un hombre casado pero que tiene más compañeras (este es exactamente el status quo de nuestra relación). La poligamia, para comenzar, es ilegal en nuestro país, y es un régimen en el que una misma persona ha contraído matrimonio con varias. Puede parecer una tontería, pero tras escuchar este concepto mal explicado, alguien que escucha hablar de este tema por primera vez, podría llegar a pensar, por ejemplo, que mi relación con H, que a su vez tiene una relación con R, es ilegal o fraudulenta.

En cuanto a la afirmación de Valérie Tasso en la mitad del vídeo en la que explica que el concepto de poliamor no es nada nuevo, estoy completamente de acuerdo. No puedo decir lo mismo de la etimología ni los conceptos con los que compara el poliamor. Comparar las comunas (que como ya se ha comentado en entradas anteriores son formas de organización social) con el poliamor (cuya intención no es organizarse socialmente sino establecer relaciones románticas desde la base del compromiso) es un error de principiante, como así lo es tratar de comparar el amor paterno-filial con el amor romántico con la intención de “demostrar” que (según estas psicólogas) siempre se quiere a una persona más que a la otra. Por otro lado, utiliza etimología que no tiene nada que ver con el poliamor. Luego está Eros. Venga, ya estamos otra vez con la perra de sexualizar el poliamor. No voy a explicar esto de nuevo. El Agape (ἀγάπη) no tiene nada que ver con el poliamor. Para los que estéis un poco perdidos con el griego, podéis pinchar en este enlace y decirme qué narices tiene que ver el poliamor con el amor incondicional. Son todos términos que Valérie utiliza para justificar la presencia del poliamor en otras culturas más antiguas, pero que en realidad son palabras relacionadas con el amor y el sexo en general.

Y para terminar, la perla de Valérie: afirma que la idea del poliamor está muy bien (que es como un cuento de hadas) pero que “falta el concepto fundamental». Sinceramente, creo que lo que realmente falta es informarse sobre el tema antes de hablar, ya que se han consultado las dos o tres páginas de rigor (una de las cuales ya la deja caer a lo largo del programa) y alehop. En su defensa diré que no existe mucha producción en español sobre el tema y que además, la que existe a día de hoy (traducida fundamentalmente del inglés, léase The Ethical Slut, o bien Opening Up) lleva implícitas ciertas “huellas” socioculturales evidentes pero que pueden llegar a hacer la picha un lío a quien sea muy novato en este ámbito. El concepto fundamental en torno al cual gira el poliamor, ese elemento vinculante, es el compromiso existente en todas y cada una de las relaciones poly, ese compromiso sobre el cual cada persona construirá sus límites, o bases. Por esta razón, el compromiso contraído es distinto en cada caso y puede dar la sensación de que no hay uniformidad en la definición. Pero es que cada cual debe tener derecho a decidir de qué manera y cómo quiere comprometerse con alguien, ¿no es así?

He escrito un post amargo, que no es de mis mejores. Pero lo he escrito cabreada y con la esperanza de que a alguien, al leer estas líneas, le cambie radicalmente ese concepto de poliamor tan deformado que nos llega a través de los medios. Y, por ende, no puedo evitar preocuparme cuando observo que alguien tan mediático ofrece una imagen tan distorsionada de la realidad del poliamor.

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