Mitos del amor romántico: la toxicidad de las relaciones

toxicasA día de hoy, el término ‘mitos del amor romántico’ se está convirtiendo poco a poco en tendencia y se habla de ellos en diversos ámbitos. Pero, ¿a qué se refieren en realidad estos mitos?

Los mitos del amor romántico son un compendio de creencias generalizadas sobre la forma en la que está construida socialmente el amor; es decir, siguiendo el modelo normativo sobre el que esta serie de creencias se cimientan. Se utilizan en diversos ámbitos para concienciar sobre la imagen errónea que socialmente se ha proyectado del amor y las relaciones de tipo romántico a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en el discurso feminista, y sin ser una gran conocedora del mismo, se habla de los mismos con el fin de ‘despatriarcalizar’ esta construcción social del amor. En el plano sexual, por otro lado, el discurso swinger se ha centrado más en el carácter exclusivo del amor y replanteado los términos de fidelidad. Pero antes de comenzar a hablar sobre cómo se ha abordado esta cuestión en el ámbito del poliamor, que es el que más cercano me resulta por cuestiones obvias, demos un repaso a los cuatro grandes grupos de mitos del amor romántico:

Los mitos que hablan sobre el carácter omnipotente del amor: En este grupo, encontramos todos esas creencias que abordan la mitificación del amor como algo mágico, que es capaz de cambiar a una persona. Si el amor todo lo puede, la persona puede cambiar en un momento dado por amor, abandonado su identidad en pos de la persona a la que ama. Como el amor todo lo puede bajo este tipo de creencias, cualquier obstáculo parece deliberadamente superable, normativizando situaciones tan serias como pueden ser el maltrato o la violencia doméstica.

Los mitos que hablan sobre el carácter exclusivo del amor: Aquí se agrupan las creencias sobre la normalización de los celos como algo corriente en una relación y se debate sobre la fidelidad absoluta (creo que ya he dicho alguna vez lo mucho que me chirría esta palabra en este contexto) y la exclusividad, en algunos casos de tipo sexual, y en otros de tipo romántico. También se habla del matrimonio como finalidad absoluta y último cauce de una relación romántica.

Los mitos que hablan sobre la predestinación del amor: Bajo este tipo de creencias, el amor es algo único, puesto que existe la creencia errónea de que solamente hay una media naranja para cada persona en la vida y el único fin de la existencia de una persona es el de encontrarla. Por supuesto, la felicidad de una persona se le atribuye al amor.

Los mitos que hablan sobre el carácter centrista del amor: Aquí se agrupan todas las creencias sobre la indivisibilidad de una pareja. Al perder la identidad a favor de ser uno solo, no existe tu propio yo ni hay concepto de intimidad posible dentro de este tipo de construcción social. Por supuesto, no existe ni siquiera la libertad del ser uno mismo, ya que todo lo que sucede gira en torno al amor.

Aunque anteriormente he comentado ya que los mitos del amor romántico se despliegan en multitud de discursos diferentes, cuando giran en torno al poliamor (que es el discurso que tal vez mejor conozca) he podido observar que en muchas ocasiones que, al aplicar estos mitos, existe una idea totalmente desfigurada de cómo es el concepto en su forma y contenido. Mucha gente lo ha aplicado de forma casi tan dogmática que sirve de excusa para criminalizar cualquier tipo de relación que no sea poliamorosa o en cierta medida de carácter liberal porque los propios mitos se radicalizan hasta el extremo de anular cualquier posibilidad de aparente viabilidad de cualquiera de los otros tipos de relación. Centrándonos en el mito de la exclusividad amorosa o sexual, este tipo de discurso tan radicalizado se apoya en la base de que cualquier relación que contenga una exclusividad de este tipo es tóxica. Personalmente, no creo que sea ni mucho menos así, puesto que, a mi modo de interpretar los mitos, lo que podría tratarse como incorrecto es esa visión de la exclusividad total en todas las parejas: habrá muchas parejas que preferirán vivir su sexualidad y/o amor únicamente el uno con el otro, y habrá otras parejas que querrán experimentar más allá de esas fronteras. Quiero decir con esto que mi visión particular sobre este mito en concreto es que es necesario derribar ese muro autoimpuesto de que todas las relaciones que sean serias deben tener como barrera la exclusividad sexual o romántica. Aunque sea de elección propia de la pareja en sí no traspasarla, es necesario derribar esa creencia de que todas las relaciones románticas se deben una exclusividad. No por ser una relación monógama y no abierta quiere decir por ello que sea una relación tóxica o criminalizable. Hay miles de maneras de que una relación cualquiera se vuelva tóxica, y eso me lleva al segundo punto de la discusión.

Partiendo de la base de lo anteriormente mencionado, se tiende a generalizar en cuanto a la toxicidad de las relaciones, apuntando a las de corte poliamoroso o liberal como estándares en cuanto a la ausencia de toxicidad. Y esto, por supuesto, no es nada cierto. Hablando con un amigo no hace mucho tiempo, comentábamos que casi todas las relaciones se vuelven tóxicas en algún momento por razones diversas. Evidentemente, se puede llegar a pensar que las relaciones monógamas tienden a ser más tóxicas que las poliamorosas porque en estas últimas hay mucho más diálogo y comunicación en general. Puedo llegar a entenderlo, pero no comparto esta visión de ninguna de las maneras. Están igualmente presentes los problemas genéricos de toda relación monógama: existen los celos, que en muchos casos pueden llevar a situaciones desagradables; existen las relaciones de poder, quizá casi con más frecuencia o más evidentes que en otros tipos de relaciones más tradicionales; a veces también se pierde el sentido de la identidad y de la importancia del yo. Tampoco estamos exentos de carecer de la honestidad y transparencia que cualquier tipo de relación necesita, con sus respectivas batallas entre egos. Además, bajo el amplio paraguas del poliamor, se han refugiado ciertos tipos de relaciones que ya he mencionado anteriormente, carentes de una base fundamental sobre la que cimentar una relación romántica, que no sexual.

4 thoughts on “Mitos del amor romántico: la toxicidad de las relaciones

  1. Pablo says:

    No exageraba ayer noche cuando te dije ke tu foto me quito el sueño… Es una de las fotos mas sensuales que he visto. La expresion de tus labios, la suavidad de tu piel y el contorno de todas tus curvas se conjugan alentando un sinfin de pensamientos… Muy acertada tu entrada sobre el poliamor. Descubrir que puedes sentir cosas diferentes por varias personas y atreverte a experimentarlas sin ser juzgado por la educacion en la que hemos crecido, no es facil. Es mas, mucho de los problemas implicitos en cualquier relacion creo que son producto de una autocritica generalizada por parte de todos. Por no pararnos a pensar porque sentimos celos, o menosprecio en algun momento. Tener al lado a personas con las que puedas hablar honestamente tus sentimientos y que te escuche reflexiva y constructivamente, discutiendo pero de forma sana, creo que puede ser la base para entender el amor verdadero y puro desde el sentimiento. Moldeando todas aquellas emociones que puedan resultar toxicas. Buf creo que me he liado un poco… Muy buen blog. Te seguire!

    1. Zittissima says:

      Hola Pablo. Te voy a comentar una cosita.
      Esto es un blog. Aquí van las cosas del blog.
      Las fotos están en Twitter. Para referirte a las fotos, utiliza Twitter.
      No tiene ningún sentido que me comentes las fotos en un post del blog. Verdad que no?
      Un saludo.

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